7 sept 2015

Una breve historia del celibato


Durante los primeros siglos de la cristiandad el celibato no jugaba un significante papel en la vida de los primeros cristianos.

Pedro, el primer Papa, y los apóstoles que Jesús eligió, eran en su mayor parte casados. Y aunque durante los siglos siguientes, los gnósticos creyeron que una persona no puede estar casada y ser perfecta al mismo tiempo, la mayoría de los sacerdotes cristianos-gnósticos disfrutaban de los placeres conyugales.

Sin embargo, no fue hasta el año 306, después del Concilio de Elvira (Hispania), cuando se declaró que: “Un sacerdote que duerma con su esposa la noche antes de la misa perderá su trabajo”. Y aunque en concilios posteriores se declaró que los sacerdotes no podían casarse ni tampoco dormir con sus esposas, en realidad no alteró la forma de vida de los sacerdotes ya casados.

Dos siglos más tarde la Iglesia Católica, empezó a tomar acciones de castigo contra los sacerdotes casados. En el Segundo Concilio de Tours (año 567) se establece que: “Todo clérigo que sea hallado en la cama con su esposa sería excomulgado por un año y reducido al estado laico”.Pero veinte años más tarde el Papa Pelagio II decidió, rebajar la tensión y no actuó contra ellos, siempre y cuando no se beneficiaran sus esposas e hijos de las propiedades de la iglesia.

Esta medida, se tomó como alternativa ya que en aquellos días, la mayoría de los sacerdotes estaban casados y, según San Bonifacio, prácticamente ningún obispo o sacerdote era célibe. Incluso en el año 836, en el Concilio de Aix la Chapelle, se admite abiertamente que en los conventos y monasterios se han realizado abortos e infanticidios para encubrir las actividades de clérigos que no practicaban el celibato.

Un siglo más tarde, San Ulrico argumenta que la única manera de purificar a la iglesia de los peores excesos del celibato es permitir a los sacerdotes que se casen.

Sin embargo, a partir del siglo XI la política a favor del celibato empieza a ganar fuerza y aunque el Papa Benedicto IX se dispensa a sí mismo del celibato y renuncia del papado para poder casarse, a finales del mismo siglo, el Papa Urbano II ordenó que las esposas de los sacerdotes fueran vendidos como esclavos y sus hijos abandonados.

Finalmente en el año 1123, el Papa Calixto II durante el Concilio de Letrán decretó que los matrimonios clericales no eran válidos y años después en 1139 el Papa Inocencio II confirmó el decreto convirtiéndose el celibato en una norma de la Iglesia.

Sin embargo este proceso de transición en la iglesia católica fue lento y no exento de dificultades. De hecho, en el s. XV, todavía el 50% de sacerdotes eran casados.

29 ago 2015

La Menstruación En La Historia


En una entrada anterior te hablamos de lo que significó para las mujeres el hecho de menstruar y cómo han sido tratadas en todas las culturas; en éste, hablaremos de cómo se las ingeniaban antes, mucho antes de la invención de las toallas sanitarias.

Obviamente no hay datos abundantes sobre qué usaban las mujeres, ya que siempre ha sido considerado un tema tabú, como en este artículo sobre la regla en Nueva Guinea, desde los tiempos prehistóricos. Y, en general, los hombres no han sido muy proclives a describir estas cosas tan propias de mujeres. Pero intentemos al menos un ejercicio mental.

¿Cómo hacían antes?
Como dijimos al principio, poco se sabe sobre este tema, lo que vuelve un poco difícil la investigación.

Esponjas menstruales
Sin embargo, es factible asumir que usaran almohadillas, esponjas, hierbas, pieles, telas y hasta pelo para retener la menstruación.

Antigüedad
Una de las primeras y pocas evidencias que han llegado hasta nosotros tiene que ver con Egipto, y la probabilidad de que las mujeres utilizasen papiros ablandados con hierbas, a modo de rudimentario tampón, que usaban y desechaban. Eran las de clases altas y con recursos quienes lo hacían.

Papiro que humedecían para ablandarlo y luego enrollaban
Los investigadores creen que las romanas usaban algodón y lana para hacer compresas, y en general pieles de animales para el mismo fin. Pero es lógico que en cada zona utilizaran lo que tenían a la mano: en Japón usaban papel, en Indonesia fibras vegetales, en África ecuatorial rollos de hierba. Enrollaban estos materiales y los insertaban en la vagina, como dijimos, a modo de tampones.

Edad Media
En el imperio bizantino, durante el siglo VI, las mujeres nobles y ricas compraban los primeros tampones, hechos por los griegos de Crimea, de la mejor lana, peinada y enrollada de forma especial, en la que podría considerarse la primera fábrica de tampones de la historia.

Ya más avanzada la Edad Media, se usaba una camisa larga como ropa interior, desde los hombros a las pantorrillas, sin ninguna otra prenda adicional, por lo que se sospecha que cuando menstruaban lo hacían en sus vestidos.

También es verdad que probablemente las mujeres menstruaban menos, ya sea por los constantes embarazos, por desnutrición o por enfermedad, o por una combinación de las tres. A este respecto, es muy difícil determinar los niveles de pérdida de sangre que sufrían las mujeres en el pasado.

Siglo XVIII
Con la Revolución Francesa, más o menos, las mujeres empezaron a usar ropa interior que constaba de pantaloncillos que cubrían las piernas por completo bajo los vestidos, aunque tardarían aún décadas para que fueran corrientes entre la gente común.


Ropa interior medieval

Ropa interior del siglo XVIIISeguían menstruando en sus vestidos, y muchas veces no se cambiaban la camisa interior porque temían que el sangrado se bloqueara o, al contrario, hubiese más sangre.
Pero es que además había razones médicas para no usar estos pantaloncillos o cualquier otro tipo de ropa interior: en 1757, el médico alemán Christian T. Reinhard escribe:
“SUS GENITALES NECESITAN AIRE PARA PERMITIR QUE LA HUMEDAD SE EVAPORE, PARA EVITAR QUE SE DESCOMPONGA Y DÉ OLOR”.
Aunque reconoció que podían usarlos en climas fríos y como protección contra insectos.

Siglos XIX y XX
En estos siglos ocurrieron varias cosas interesantes. Por un lado, hay registros escritos por allá en el 1800 que sugieren que las mujeres utilizaban aquella camisa, la ropa interior, de color negro, y que era usada especialmente “durante el mes de la mujer”.
Pero es que también en este siglo comenzó la moda de una especie de pantalones con una abertura permanente entre las piernas, lo cual facilitó la creación de dispositivos para sostener las compresas hechas de tela.
Se diseñó también una especie de rústica copa menstrual que se conectaba a un cinturón.

Copa menstrual
Con la llegada del siglo XX las ropas empezaron a ser más ligeras, y se masificó el uso de calzones, de pierna ancha y largos pero sin la abertura entre las piernas. Hasta mediados de 1930 ésa fue la ropa interior.

Tienda por departamentos Anderson, sección de ropa interior. 1910
Para 1914, todas las mujeres utilizaban toallas sanitarias de tela, que se lavaban y blanqueaban para volver a usarse. Si andaban de viaje lo que hacían era quemar las toallas en las chimeneas de la habitación donde se alojaran. En Inglaterra llegarían a venderse quemadores portátiles para estos menesteres.

Los cambios tan profundos no nos dejan darnos cuenta que sólo ha pasado un siglo desde aquellos apósitos lavables y reusables, y que la “condición femenina” no es ningún problema o enfermedad.

Científicos Revelan El Verdadero Origen De Los Indígenas De América Del Sur


Los análisis a gran escala de ADN de varias tribus indígenas de América del Sur han revelado que los nativos amazónicos están emparentados con los polinesios y que no solo los antiguos habitantes de Siberia eran sus antepasados.

De acuerdo con un artículo publicado en la revista 'Science', durante mucho tiempo los científicos creyeron que los antepasados de los primeros habitantes de Sudamérica emigraron al continente procedentes de las regiones de Siberia y Altái, actualmente en Rusia, durante una sola ola de migración que se produjo hace entre 14.000 y 15.000 años.

Sin embargo, cuando en 2012 se resolvió el misterio del hombre de Kennewick, cuyos datos genéticos lo aproximan a los aborígenes de Oceanía y Australia, muchos investigadores empezaron a creer que los antepasados de los nativos americanos llegaron al Nuevo Mundo en al menos tres oleadas migratorias.

Por su parte, David Reich, de la Universidad de Harvard (EE.UU.), y sus colegas, entre ellos una docena de genetistas rusos, compararon genomas de indígenas antiguos y modernos con el ADN de los polinesios, melanesios y otros pueblos del mundo. Y descubrieron que los genomas de algunas tribus del Amazonas y otras regiones de América del Sur además del genoma siberiano contenían manchas pequeñas pero claramente visibles de ADN melanesio y austronesio no procedente de Asia o Europa, sino de las islas Andamán y Nueva Guinea.

Reich explica que esto demuestra que sus antepasados estuvieron en contacto con los indígenas de Oceanía y Australia, lo que parece confirmar la teoría de varias olas migratorias. Pero, por otro lado, según el científico, el gran número de mutaciones en los segmentos de ADN melanesio significa que fueron adquiridas por los antepasados de estas tribus mucho antes de cruzar el puente de tierra de Bering y se convirtieran en los actuales indígenas.

Así, el reciente análisis hizo que entre los investigadores volviera a tomar fuerza la teoría de una sola migración. Sin embargo, todavía sigue siendo un misterio cómo los antiguos austronesios y melanesios, que vivían en zonas de clima cálido en los trópicos y el ecuador, pudieron alcanzar el sur de las regiones de Siberia y Chukotka, mezclarse con sus habitantes y junto con ellos emigrar a América del Sur.

25 ago 2015

Las mujeres pintaron la mayoría de cuevas de España.


Dean Snow, arqueólogo de la Universidad de Pennsilvania, realizó un estudio en las cuevas con pinturas rupestres de España y Francia que arrojó una conclusión sorprendente: la mayoría de las impresiones fueron realizadas por mujeres. Recordemos este trabajo que se dio a conocer en 2013 y que inició un debate cuanto menos, interesante.


El análisis comparativo hecho por Snow del tamaño de las impresiones de los dedos hechos en los muros de las cuevas, reflejaba según este investigador, que fueron las mujeres las mayoritarias en la realización del arte antiguo. Snow comparó la longitud de los dedos (sobre todo la proporción entre el índice y el anular, y también frente al meñique) y el volumen de la mano. Con un sencillo algoritmo, esos datos arrojaron conclusiones sobre si la mano perteneció a un hombre o una mujer, con una exactitud del 60%.

Así, parece que 24 de las 32 manos analizadas eran femeninas, lo que implicaba que las pinturas hechas desde hace unos 40.000 a 12.000 años de antigüedad presentaban un 75% de manos de mujeres. El manos el estudio reflejó además que el dimorfismo sexual era menos marcado que en la actualidad.

¿Y por qué anteriormente no se planteó esta posibilidad? La temática de las cuevas hacía pensar que quienes representaron escenas de caza y de animales fueron hombres, llevando a la humanidad a creer que los primeros artistas fueron masculinos, porque la caza era cosa de los hombres. Pero lo cierto es que las mujeres también se involucraban en esta actividad, en el traslado, despiece y cocinado de los animales. Presuponiendo que no cazaban, es evidente que sí eran capaces de presenciar esas escenas y entender el valor que tenían.

Este estudio abrió el debate científico y supuso la entrada de nuevas reflexiones. Snow comentó que “cuanto más sabemos de estas pinturas más tenemos que replantearnos nuestro conocimiento de aquellas sociedades”.

Wodaabe: La tribu donde las mujeres pueden tener más de un marido


Los hombres Wodaabe celebran cada año un festival para impresionar a las mujeres y ser elegidos como esposos. Las mujeres tienen el poder en esta tribu.

¿Y TÚ QUÉ OPINAS?
Probablemente se trate del festival de belleza más impresionante del mundo, pero la diferencia con respecto a los que estamos acostumbrados es que no son mujeres las que participan, son los hombres de la tribu Wodaabe.

La tribu Wodaabe es una comunidad islámica nómada que pasa la mayoría del tiempo en el Sahel, pero que también puede encontrarse en Camerún, Chad y Nigeria. La cita más importante para esta tribu es en el mes de septiembre, al final de la época de lluvias, cuando celebran el festival de Gerewol. Una celebración que dura siete días y siete noches, y tiene lugar en una ubicación desconocida que solo se revela pocos días antes.

Los hombres de la tribu se preparan durante seis horas maquillándose el cuerpo y rostro para el gran momento del festival, en el que tienen que lucir espectaculares ante las mujeres. El jurado ante el que tendrán que bailar serán las tres mujeres más guapas de la tribu, que elegirán cada una a su propio ganador.

Viendo la danza de los hombres también está el resto de mujeres de la tribu que pueden elegir a su próximo marido. Si les gusta uno de ellos pueden decidir ser “robadas” por él y dejar atrás a sus actuales maridos. Aquellas que quieren ser “robadas” tienen que esperar a que su favorito les toque en el hombro.

Para esta tribu polígama el hecho de que las mujeres que eligen a los hombres ya estén casadas no es importante porque les está permitido tener más de un marido. También las féminas solteras pueden tener sexo cuando quieran y con quien quieran. Las mujeres wodaabe tienen el poder en esta tribu y eso conlleva libertad sexual.

La crisis que originó el Neolítico


No hay mayor crisis en la historia que aquella que conlleva un cambio total en los modos de vida de la humanidad. Si nos remontamos a los tiempos prehistóricos, el mayor cambio socioeconómico vino propiciado por el paso de la depredación del medio a la producción de los alimentos, del modo de vida nómada al sedentario y, expresado en otros términos, del Paleolítico al Neolítico.

En el Paleolítico, grosso modo, la economía depredadora de los pequeños grupos humanos nómadas se fundamentaba en la caza, la pesca y la recolección, teniendo prioridad unas u otras dependiendo del medio en cuestión. Sin embargo, por algún o algunos motivos aún no esclarecidos totalmente, hubo un momento de crisis en el que esas actividades económicas se tuvieron que complementar con otras de producción de alimentos para poder subsistir, pero pasando antes por un período intermedio que los prehistoriadores han denominado Mesolítico.

Imagen ilustrativa del modo de vida del Paleolítico
El Mesolítico se identifica con las últimas bandas de cazadores, pescadores y recolectores. Este período, según las zonas, se dio entre el 10.000 a. C. y el 7.500 a. C. Los hábitos de las culturas del Mesolítico eran básicamente nómadas, con asentamientos estacionales de invierno y campamentos de verano. Sin embargo, en el Oriente Próximo y en algunas regiones costeras de Europa, allí donde encontraron recursos suficientes y regulares, comenzaron a sedentarizarse.


Este cambio fue posible gracias a la ampliación del espectro alimentario, que incluyó una gran variedad de alimentos que en el Paleolítico superior posiblemente no se consumían; a la pesca intensificada; a la caza con desplazamiento tras los animales como forma de simbiosis con ellos, formando incluso rebaños; a la selección de especies vegetales como las gramíneas; y al uso de un nuevo utillaje lítico más especializado. En general, el cambio se produjo gracias a un período de experimentación, de producción incipiente y de tanteo del medio natural.
A este periodo de aprendizaje, debido a una posible crisis socioeconómica, le siguió lo que actualmente se conoce como la “revolución neolítica”. Con este término los especialistas hacen referencia a una serie de variaciones en los modos de vida humanos que llevaron a la aparición de la agricultura, al invento de la ganadería, a los cambio en la cultura material, al trueque de productos, etc. En definitiva, una transformación de la vida del hombre prehistórico mediante la producción de los alimentos y la sedentarización de los grupos humanos que, como se analiza en lo que sigue, se ha intentado explicar con múltiples teorías.
La teoría de los cambios medioambientales y de los “oasis”, de V. Gordon Childe, pone énfasis en la importancia que tuvo, para esta crisis de las formas de vida depredadoras, el cambio de las condiciones climáticas del Holoceno. La modificación del clima pudo conllevar la desecación de amplias extensiones de tierra, que en el Próximo Oriente se tradujeron en pequeños reductos con recursos hídricos, que sirvieron para acoger gramíneas y ciertos animales susceptibles de ser conservados por los humanos. Ese proceso favorecería la sedentarización de estos pequeños grupos.
A partir de la neolitización del Próximo Oriente, Gordon Childe abogó por una base difusionista según la cual el Neolítico se expandió hacia el Mediterráneo y Europa. Sin embargo, esta teoría de los “oasis” se debilitó más tarde porque se demostró que en el Próximo Oriente, la supuesta cuna del Neolítico, los cambios climáticos no fueron tan considerables como se pensaba.
Por otro lado, R. J. Braidwood lanzó la teoría de las zonas nucleares según la cual, aunque el clima no cambió radicalmente, ciertas zonas de la población aumentó y evolucionó tecnológicamente hacia una mayor especialización.
M. N. Cohen, mediante su teoría de la presión demográfica, explica asimismo que el crecimiento demográfico pudo amenazar el equilibrio de los recursos naturales y, por tanto, las sociedades prehistóricas se pudieron ver obligadas a incrementar artificialmente el volumen de plantas mediante la práctica de la agricultura.

Imagen ilustrativa del modo de vida del NeolíticoDel mismo modo, unos discípulos de R. J. Braidwood, K. Flannery y L. Binford, apostaron más tarde por la teoría de las áreas marginales, según la cual la transformación al Neolítico se produjo en las zonas periféricas a las que emigraron los grupos humanos por la presión demográfica del momento. Las zonas marginales, por tanto, fueron las que produjeron el cambio una nueva estrategia de abastecimiento por la escasez de recursos y la presión demográfica. No fue tan importante la invención de la agricultura y la ganadería como el comportamiento de los grupos y su adaptación al medio.
Por último, J. Cauvin es más afín a la teoría ideológica en la que, por encima de determinismos ambientales y económicos, el desarrollo de las nuevas formas de vida fue el resultado de unas estrategias humanas vinculadas a la necesidad de supervivencia, sobre todo en el caso de la invención de la agricultura.
De cualquier forma, queda patente que falta aún mucho por investigar para poder explicar claramente el origen de la crisis que provocó el Neolítico, sobre todo en ciertas regiones más concretas. Está claro que no todos los elementos característicos del Neolítico debieron aparecer en el mismo lugar ni al mismo tiempo.
Las investigaciones evidencian que los modos de vida productivos y sedentarios pudieron surgir en distintos lugares y en fechas diferentes. Sin embargo, la cronología más elevada, por el momento, se encuentra en el Próximo Oriente sobre el 9.000 a. c. aproximadamente. Más tarde se localiza en otras zonas, como Europa, en las que pudo surgir bien por difusión de los conocimientos del lugar originario o bien por un surgimiento autónomo de las nuevas formas de vida en diferentes territorios. Lo cierto es que en zonas como Asia Oriental o América es más complicado pensar en la llegada del Neolítico desde tierras próximo orientales a la manera que proponen los difusionistas.
En conclusión, el proceso de neolitización fue lento, diacrónico y desigual. Posiblemente requirió una larga etapa de experimentación, pero una vez producido no hubo regresiones y los logros obtenidos se expandieron por doquier.
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